viernes, 28 de agosto de 2015
EL CURRÍCULO como medio para alcanzar la calidad
En todo el mundo, los temas curriculares están inextricablemente ligados –explícita o implícitamente–
a las actuales formas de pensar y actuar respecto de las diversas inquietudes y reformas educativas.
Juan Manuel Moreno (2006) afirma que “a nivel mundial, las reformas educativas se observan más
estrechamente ligadas al currículo, dado que las crecientes presiones y demandas de cambio tienden
a centrarse tanto en las estructuras como en el contenido del currículo escolar”11. Asimismo, destaca
la marcada naturaleza política del debate curricular caracterizado por “discordias ideológicas, conflictos
de interés y un difícil proceso de acercamiento de posiciones”. Con el análisis de las orientaciones
curriculares contribuimos a bosquejar el futuro, el bienestar y el desarrollo de la sociedad.
No estamos postulando una especie de determinismo curricular que ofrezca una explicación global
de lo que ocurre en el ámbito de la educación. Lo que sí planteamos es la permanente necesidad de
examinar con cuidado la organización y conceptuación del currículo como un eficaz medio de diseñar
e implementar reformas vinculadas a las definiciones básicas del papel que esperamos –y deseamos–
juegue la educación en nuestra sociedad. En los debates regionales actuales sobre transformaciones
educativas y curriculares, cuatro temas adquieren particular relevancia12:
I. Cómo fomentar la visión de la educación como un derecho, como una educación cívica amplia y
profunda, que cubra desde la educación de la primera infancia hasta la educación terciaria y
abarque aspectos culturales, políticos, económicos y sociales;
II. Cómo incorporar a la educación un desarrollo personal equilibrado capaz de contribuir a una vida
saludable, dichosa y gratificante;
III. Cómo hacer de la educación una política económica y social esencial que promueva el desarrollo
nacional y el fortalecimiento de la competitividad económica en términos reales;
IV. Cómo reconocer y promover el concepto de la educación como un factor insustituible en el
mejoramiento del bienestar de las poblaciones más desfavorecidas, en el combate de la exclusión
y en la eliminación de las brechas de igualdad evidentes en la distribución del ingreso familiar13.
Es extremadamente difícil mejorar los procesos y los resultados esperados de una educación de
calidad sin primero desarrollar una visión curricular integral que justifique qué es relevante y pertinente
(básico y necesario) enseñar a los niños y jóvenes de acuerdo con las expectativas y demandas
generales de la sociedad y por qué es necesario hacerlo. Esta interpretación siempre es conflictiva y
suele ser sujeto de debate, aun cuando se encuentra profundamente arraigada en inquietudes y
argumentos históricos, ideológicos y políticos. Los intensos debates sobre los contenidos y objetivos
de los programas de educación secundaria sobre historia nacional, en sociedades que viven situaciones
de post conflicto14, constituyen un buen ejemplo de lo anterior.
http://unesdoc.unesco.org/images/0015/001516/151698s.pdf
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